viernes, 29 de julio de 2016

Recomendación 1: Confía en tu médico

Ante el reto de enfrentarse a una enfermedad crónica, es aconsejable una buena relación entre médico y paciente, basada en la confianza mutua para un óptimo manejo de la misma. Esta situación, en la que ambos interaccionan para desarrollar una conducta terapéutica acorde a los valores y preferencias del paciente, es el modelo que permite la más abierta comunicación, en la que el enfermo siente la libertad necesaria para expresar sus dudas e inquietudes. Se ha demostrado que cuando el paciente se convierte colaborador del médico en la búsqueda y elaboración de alternativas y toma de decisiones, el cuidado de la salud es realizado de la forma más eficaz.

El médico debe dedicar el tiempo necesario a explicar el proceso de la enfermedad y aconsejar sobre las actitudes, conductas y estilos de vida más saludables para el paciente. Es básico informarle sobre cuál es la naturaleza y los potenciales riesgos de su enfermedad, y de cómo adaptarse y convivir con ella. También es necesario transmitir la conveniencia de que él mismo participe activamente en el tratamiento y en su propio cuidado.

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